Emoxipina Mexidol - Material didáctico

La emoxipina, también conocida por su nombre comercial Mexidol o Mexifin en forma de succinato, es un nuevo compuesto desarrollado por Pharmasoft Pharmaceuticals. Es conocido por sus aplicaciones terapéuticas e industriales debido a sus diversas propiedades, entre ellas las antihipóxicas, antioxidantes, neuroprotectoras y cardioprotectoras [1]. Curiosamente, los estudios científicos también han informado de los efectos beneficiosos de la emoxipina en el tratamiento de afecciones neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, así como de trastornos sanguíneos como la talasemia y la hemocromatosis [1].

Nota: Los estudios sobre el emoxipino se refieren a varias de sus formas, emoxipino básico, succinato de emoxipino, que es la forma más avanzada y tiene el nombre comercial de Mexidol, y varias otras.

Historia y características clave de la acción del emoxipino

La emoxipina fue introducida en el mercado ruso por Smirnov y Kuzmin con la marca Mexidol. Aunque es muy conocido en Rusia, el fármaco no ha recibido la aprobación en Estados Unidos ni en Europa, principalmente debido a su origen ruso [1]. Sin embargo, existe una creciente curiosidad por sus propiedades y posibles aplicaciones en todo el mundo. Las empresas pretenden realizar ensayos con modelos animales reconocidos internacionalmente para descubrir tratamientos para nuevas afecciones.

Una de las principales ventajas farmacocinéticas de la emoxipina es su capacidad para penetrar la barrera hematoencefálica debido a su pequeño tamaño y bajo peso molecular. Los investigadores Biryukov, Dmitri Valerievich y POMYTKIN, Igor Anatolievich, trabajaron en la emoxipina para mejorar su administración al cerebro y los tejidos neuronales [1]. Como la emoxipina es hidrófila, tenía dificultades para penetrar eficazmente en la barrera hematoencefálica. Para superar este problema, desarrollaron derivados con mayor lipofilia. Su objetivo era aumentar la captación del fármaco en el sistema nervioso central e incrementar su eficacia.

Además, la combinación única del catión 2-etil-6-metil-3-hidroxipiridinio y el ion succinato en el succinato de emoxipina ofrece una amplia gama de efectos farmacológicos [1]. Esta combinación no sólo controla las enfermedades metabólicas asociadas a problemas en el revestimiento de los vasos sanguíneos, sino que también ayuda a mantener un grosor adecuado de la bicapa lipídica, que es crucial para controlar el movimiento y la absorción de los fármacos en el organismo.

Propiedades ansiolíticas y antidepresivas del Mexidol en estudios

Los estudios han demostrado que el emoxipino (conocido comercialmente como Mexidol) puede ayudar a aliviar la ansiedad y la depresión en diversos entornos médicos. En un estudio en el que participaron 32 ancianos con ansiedad y deterioro cognitivo leve, los participantes declararon altos niveles de ansiedad y cierto deterioro cognitivo al inicio del estudio. Sin embargo, tras tomar Mexidol diariamente durante cuatro semanas, los participantes declararon una mejora de su bienestar, en particular los que presentaban algunos problemas cognitivos, lo que sugiere que Mexidol puede ser eficaz para reducir la ansiedad. Los resultados fueron especialmente notables en el caso de quienes padecían ciertos tipos de deterioro cognitivo, ya que experimentaron mejoras más significativas. Además, el fármaco pareció mejorar la atención y la función general del sistema nervioso [2]. En otro estudio centrado en mujeres con artritis reumatoide -una enfermedad que provoca dolor en las articulaciones y posibles efectos en la salud mental-, la adición de Mexidol a su régimen de tratamiento dio lugar a una reducción de la inflamación, una disminución de los síntomas depresivos y una mejora de la calidad de vida [3]. Cabe destacar que actúa sobre determinadas funciones cerebrales y tiene el potencial de mejorar la atención y estabilizar las respuestas neuronales automáticas del organismo, lo que contribuye a mejorar la sensación de bienestar. Durante un estudio con animales, los resultados revelaron que la administración de mexidol a ratas reducía el tiempo en que mostraban signos de desesperación en la prueba de natación, lo que indica posibles efectos antidepresivos. Los efectos antidepresivos de estos fármacos eran similares a los de terapias conocidas como la amitriptilina y el ácido alfa-lipoico. Además, los efectos de estos fármacos sobre el comportamiento depresivo parecían estar relacionados con sus efectos sobre la actividad de las ratas en la prueba de campo abierto [4].

Además, los investigadores estudiaron a 70 pacientes con trastorno de pánico, de los cuales 30 eran hombres y 40 mujeres, con una edad media de 34,5 años, todos ellos aquejados de insomnio. Las pruebas clínicas e instrumentales, incluida la polisomnografía, demostraron que la adición de mexidol reducía significativamente la ansiedad, la disfunción autonómica y el insomnio, mejorando la calidad de vida de los pacientes. Este estudio pone de relieve el potencial del mexidol como complemento eficaz de la terapia antidepresiva para pacientes con trastorno de pánico, en particular los que padecen insomnio grave [6]. Curiosamente, el estudio demostró que los efectos antidepresivos del mexidol y la emoxipina pueden estar relacionados con su capacidad para mejorar la respuesta del organismo a la insulina [5]. Cuando se administraron en dosis adecuadas, estos fármacos mejoraron la sensibilidad a la insulina en ratas. Esta mejora se asoció a una reducción del comportamiento de desesperación observado en la prueba de natación de Porsolt. Esto sugiere que el mexidol y la emoxipina pueden ser eficaces en el tratamiento de la depresión y la ansiedad no sólo por sus efectos directos sobre la química cerebral relacionada con el estado de ánimo, sino también por la mejora de la sensibilidad a la insulina.

Estudios sobre el efecto de la emoxipina en los síntomas diabéticos

Un estudio en animales investigó el potencial del Mexidol y la emoxipina para aliviar la depresión y la ansiedad, en particular en las afecciones diabéticas, que se sabe que empeoran los trastornos del estado de ánimo.

Cuando se administraron en dosis comparables a las de consumo humano, ambos fármacos redujeron claramente las puntuaciones de ansiedad y depresión en ratas diabéticas. Esto indica que son eficaces para tratar trastornos similares del estado de ánimo en pacientes diabéticos. Además, ambos fármacos redujeron significativamente los niveles elevados de azúcar en sangre en ratas con diabetes, lo que supone un beneficio adicional para las personas [7]. Por otra parte, otro estudio con 30 pacientes diabéticos tratados con mexidol mostró mejoras en la función cognitiva, el estado de ánimo (reducción de la astenia y la depresión), los trastornos del sueño y la normalización de los análisis de sangre. Esto indica que el mexidol puede ser un tratamiento complementario eficaz para el tratamiento de las complicaciones relacionadas con la diabetes, incluidos los trastornos del estado de ánimo [8]. Estos resultados revelan que el mexidol y la emoxipina resultan prometedores no sólo para reducir la ansiedad y la depresión en los diabéticos, sino también para mejorar el tratamiento general de la diabetes mediante la reducción de los niveles de azúcar en sangre. 

Los estudios han demostrado que el mexidol y la emoxipina pueden presentar propiedades antidepresivas tan pronto como 30 o 45 minutos después de su administración, lo que ofrece una solución rápida para el tratamiento agudo de los síntomas depresivos. Además, un estudio en animales reveló que la emoxipina no sólo reduce los signos de depresión, sino que también puede aumentar la actividad física, lo que indica un posible efecto estimulante [9]. En el caso de la diabetes, un estudio con animales demostró que el mexidol reducía los niveles de azúcar en sangre al cabo de dos semanas. Cabe destacar que el mexidol es especialmente beneficioso para los pacientes diabéticos, ya que combina la capacidad de aliviar la depresión con un mejor control de la glucemia, lo que presenta un enfoque terapéutico dual único. Esto hace que el mexidol y la emoxipina sean prometedores para controlar rápidamente los síntomas de la depresión y mejorar la calidad de vida de las personas con diabetes [10]. 

El mexidol y la emoxipina se han investigado por sus posibles beneficios en el tratamiento de los síntomas clínicos de la neuropatía diabética, que a menudo incluye sensaciones angustiosas como dolor y entumecimiento en las extremidades, así como ansiedad y depresión asociadas en pacientes con diabetes. En un estudio en el que participaron 120 pacientes con diabetes y síndrome del pie diabético, tanto la emoxipina como el mexidol contribuyeron a una reducción significativa de los síntomas neurológicos y a una disminución de la ansiedad y los trastornos depresivos, lo que pone de relieve su eficacia como tratamiento complementario de la terapia primaria de la diabetes [11]. Del mismo modo, otro estudio comparó los efectos del ácido alfa-lipoico y el mexidol en las primeras fases del síndrome del pie diabético. Los resultados revelaron que el mexidol no sólo reducía la depresión asociada a la neuropatía, sino que también aliviaba síntomas como calambres y parestesias de forma más eficaz que el ácido alfa-lipoico, sin afectar a los niveles de azúcar y lípidos en sangre [12].

Otros estudios realizados en mujeres con enfermedad inflamatoria uterina recurrente indicaron que la inclusión de derivados de la 3-oxipiridina, como el mexidol, en su tratamiento podía reducir los síntomas de depresión, ansiedad e inflamación sistémica. En concreto, el mexidol mejoró significativamente tanto los trastornos del estado de ánimo como los marcadores inflamatorios [13]. También en pacientes que se recuperaban de una operación de columna, un tratamiento de dos semanas con mexidol demostró su eficacia para reducir la depresión. Este beneficio iba acompañado de una reducción de los niveles de dolor y de una mejora del bienestar psicológico y de la calidad de vida en general, lo que pone de relieve el fuerte efecto del mexidol sobre los aspectos físicos y emocionales de la recuperación postoperatoria [14]. En un estudio con animales, se observó que la emoxipina y el mexidol no sólo mejoraban el estado de ánimo, sino que también reducían los niveles de azúcar en sangre en ratas diabéticas. En particular, la emoxipina mostró efectos sedantes más pronunciados a dosis más altas, pero no fue tan eficaz como el mexidol para aliviar la depresión a dosis más bajas [15]. 

En otro estudio en el que participaron 67 pacientes con isquemia cerebral crónica, el tratamiento con mexidol junto con la terapia estándar (vinpocetina y piracetam) mostró beneficios significativos. Los pacientes que recibieron mexidol experimentaron una notable disminución de la ansiedad, una mejora del equilibrio autonómico y cambios positivos en las respuestas sanguíneas adaptativas, lo que indica una activación de la corteza suprarrenal. Además, el estudio observó una disminución de las moléculas plasmáticas medias y una mejora de la capacidad de los glóbulos rojos para absorber la sustancia. Esto indica efectos diferenciales del mexidol en la reducción del estrés en casos de isquemia cerebral crónica [16]. Otro estudio evaluó los efectos de la emoxipina y el mexidol sobre los síntomas depresivos en pacientes con diabetes de tipo 2, junto con la dinámica de la lipoperoxidación sanguínea. Tanto la emoxipina como el mexidol, administrados durante 14 días, resultaron eficaces para disminuir los productos de lipoperoxidación presentes en la circulación y reducir los síntomas depresivos, lo que conllevó una mejora de la función cognitiva y un aumento de la calidad de vida. Estos resultados clínicos positivos de los derivados de la 3-oxipiridina se produjeron independientemente de los cambios en los niveles de azúcar y lípidos en sangre, lo que pone de relieve sus posibles beneficios terapéuticos en el tratamiento de la depresión asociada a la diabetes y la isquemia cerebral [17]. 

En un estudio en el que participaron 162 pacientes infectados por el SRAS-CoV-2 y con signos de síndrome pocovídico, la pauta de tratamiento con mexidol alivió significativamente los síntomas subjetivos y objetivos asociados al síndrome pocovídico, como la astenia (debilidad), la ansiedad y la depresión. Además, se produjo una notable mejora de la calidad de vida de los pacientes. El tratamiento selectivo con mexidol, empezando con inyecciones y pasando después a Mexidol FORTE 250 por vía oral, ha demostrado ser muy eficaz y seguro para quienes padecen el síndrome pocovídico [18].

Uso de emoxipino para reducir los síntomas de abstinencia alcohólica

La emoxipina y el mexidol ofrecen beneficios significativos en el tratamiento del síndrome de abstinencia alcohólica (SAA). A este respecto, se realizó un estudio para evaluar la eficacia de los derivados de la 3-oxipiridina y del ácido succínico (emoxipina, reamberina y mexidol) en la reducción de los síntomas de ansiedad y depresión durante el tratamiento del Síndrome de Abstinencia de Alcohol (SAA) [19]. Este ensayo a corto plazo, doble ciego, controlado con placebo y aleatorizado evaluó los efectos de estos fármacos durante un periodo de 14 días de tratamiento hospitalario del SAA. Los resultados revelaron que todos los fármacos probados redujeron la duración de los síntomas específicos de ansiedad y depresión asociados al SAA, variando la magnitud del efecto en función de la formulación del fármaco. Mexidol redujo significativamente los síntomas de "terror", "respiratorios" y "cardiovasculares" de la ansiedad en 25-50% y mejoró los síntomas de "disminución del apetito" y "dificultad para concentrarse" en 28,5%. Reamberin redujo la duración de los síntomas de ansiedad "gastrointestinales" y "respiratorios" en 17-50% y la "tensión interna" en 7%. La emoxipina proporcionó alivio de los síntomas de "insomnio" y "respiratorios", pero no tuvo efecto sobre la duración de los síntomas depresivos objetivos. Tanto la emoxipina como la reamberina redujeron la intensidad de los síntomas afectivos y cognitivos en 32-37%, aunque no tuvieron efecto sobre la ansiedad autodeclarada. Estos resultados sugieren un papel potencial de la emoxipina y el mexidol para ofrecer alivio y apoyo específicos durante el difícil proceso de abstinencia alcohólica.

Deshabituación tabáquica y reducción de nicotina frente a apoyo con mexidol

El mexidol (Emoxypine) también es útil para dejar de fumar y reducir la nicotina en los adictos. Un estudio evaluó el efecto de integrar citisina (un agonista de los receptores nicotínicos de acetilcolina), mexidol e intervenciones conductuales en el tratamiento de la dependencia de la nicotina en pacientes con tuberculosis (TB) y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) [20]. En él participaron 91 pacientes, comparando su estado de salud antes y después de un régimen de 3 meses. Inicialmente, los pacientes mostraron niveles bajos de dependencia de la nicotina y de motivación para dejar de fumar. Sin embargo, la intervención produjo mejoras significativas en la salud: 16% del primer grupo dejaron de fumar y 60% redujeron su consumo de nicotina. Sorprendentemente, las mejoras en los resultados de las radiografías de tórax, los índices de conversión del esputo y las pruebas de función pulmonar indicaron además una mejor salud pulmonar y una reducción de las concentraciones de dióxido de carbono en sangre tras el tratamiento. Los resultados indican que el mexidol, junto con la citisina y las intervenciones conductuales, ayuda a reducir la ingesta de nicotina y mejora significativamente sus resultados clínicos y la función pulmonar. Esto sugiere que mexidol, en combinación con citisina y estrategias conductuales, puede ser un componente eficaz de un régimen de tratamiento para dejar de fumar y reducir la dependencia de la nicotina en pacientes con tuberculosis y EPOC.

Emoxipina (Mexidol) e isquemia e ictus (salud cerebral)

Mexidol (emoxipina), administrado tanto por vía intravenosa como por vía oral, ha demostrado ser muy eficaz y seguro en el tratamiento de la isquemia cerebral crónica (ICC) y los accidentes cerebrovasculares, causados a menudo por la hipertensión arterial y el endurecimiento de las arterias. Los estudios realizados en personas con ICC han demostrado que el inicio del tratamiento con 500 mg de Mexidol administrados por vía intravenosa cada día durante quince días, seguido de la toma de Mexidol Forte 250 por vía oral a una dosis de 250 mg tres veces al día durante dos meses, conduce a mejoras significativas de los síntomas de la ICC. Este tratamiento mejora significativamente la salud emocional, las habilidades de pensamiento y la coordinación física de los pacientes [21, 22]. En un estudio centrado en pacientes que habían sufrido un ictus isquémico carotídeo, los que recibieron tratamiento con Mexidol mostraron progresos significativos [23]. Los pacientes tratados con Mexidol informaron de puntuaciones más altas en pruebas cognitivas, mejores capacidades en tareas motoras y conciencia espacial, y mejor función de la memoria. Además, un número significativo de los tratados con Mexidol mostraron niveles de función cognitiva que indicaban la ausencia de deterioro cognitivo moderado, una disminución de sus puntuaciones en la Escala de Accidente Cerebrovascular de los Institutos Nacionales de Salud (NIHSS) y una reducción del rango de discapacidad.

Otro estudio en pacientes con ictus isquémico (IS) mostró que el Mexidol apoyaba de forma consistente la recuperación del IS en todos los grupos de edad, demostrando que su eficacia no está limitada por la edad del paciente [24]. Particularmente digno de mención fue que aquellos con edades comprendidas entre 76-90 años mostraron una mejora significativa en sus puntuaciones de la Escala Rankin modificada (mRS) en comparación con el grupo placebo, mostrando una reducción significativa de la discapacidad. Este efecto fue particularmente mayor en los pacientes de 60-65 años, incluidos los que padecían diabetes mellitus (DM), que informaron de una reducción significativa de los síntomas cognitivo-afectivos de la depresión junto con mejoras en las actividades cotidianas y en la calidad de vida en general. Estos resultados demuestran que Mexidol es muy bueno para ayudar a las personas a sentirse mejor después de un ictus, facilitándoles la realización de las tareas cotidianas, recordando mejor las cosas y moviéndose con más facilidad. Por ello, los médicos recomiendan Mexidol, incluido su comprimido Mexidol Forte 250, como parte de un plan de tratamiento para las personas que han sufrido un ictus o isquemia cerebral crónica, que puede dar lugar a ictus. Esto ofrece grandes esperanzas para ayudar mejor a los pacientes a recuperarse y mejorar su calidad de vida.

Emoxipina (Mexidol) para la salud cardiovascular

Los estudios han demostrado que la Emoxipina mejora significativamente el flujo sanguíneo en las arterias del corazón sin afectar a la presión arterial general [1]. Además, los estudios de Konorev et al. han demostrado la capacidad de la Emoxipina para aliviar el dolor torácico y promover la curación del miocardio tras un infarto de miocardio mediante la activación de los procesos de reparación cardíaca [1]. En estudios centrados en la salud cardiaca durante la pancreatitis grave, se ha demostrado que el Mexidol mejora las defensas naturales del corazón contra el estrés oxidativo, reduce la acumulación de grasa en el tejido cardiaco y previene el daño cardiaco en experimentos con perros híbridos adultos, como señaló Polozova [1]. Además, un estudio de Konoplji et al. investigó cómo el consumo de alcohol tras una pancreatitis afecta a los glóbulos rojos [1]. Descubrieron que el tratamiento con Mexidol ayudaba a mantener la estabilidad de estas células y reducía los daños en el corazón, lo que pone de relieve su eficacia para proteger la salud del corazón en condiciones difíciles.

Posología del Emoxipino (MexidolTM)

La dosis de mexidol/emoxipina oscila entre 250 y 1000 mg diarios. Sin embargo, la dosis de emoxipina/mexidol varía según las afecciones médicas. Sobre la base de diversos estudios en humanos, a continuación se describen algunos de los regímenes de dosificación utilizados para diferentes afecciones médicas:

- Tratamiento del ictus carotídeo: Los pacientes recibieron 500 mg de mexidol por vía intravenosa una vez al día durante 14 días, seguido de Mexidol FORTE 250 por vía oral, tomando comprimidos de 250 mg tres veces al día durante 60 días.

- Tratamiento de la isquemia cerebral crónica: Los pacientes fueron tratados con 500 mg de Mexidol por vía intravenosa una vez al día durante 14 días y luego cambiaron a Mexidol FORTE oral 250 - 250 mg tres veces al día durante 60 días.

- Tratamiento del ictus isquémico (IS): El tratamiento consistió en 500 mg/día de mexidol intravenoso durante 10 días, seguido de 125 mg orales tres veces al día (375 mg/día) durante 8 semanas.

- Intervención en neuropatía diabética (DN) y síndrome del pie diabético (DFS): El tratamiento incluyó ácido alfa-lipoico (600 mg/día) y mexidol (300 mg/día) durante 14 días, mostrando una mejoría significativa de los síntomas clínicos.

- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en niños: En el estudio, niños de 6 a 12 años fueron tratados con Mexidol comprimidos recubiertos con película, 125 mg, dos veces al día, o en combinación con placebo, durante una duración total del tratamiento de 42 días.

- Trastorno de pánico con insomnio: Se administró a los pacientes 375 mg diarios de mexidol, junto con la terapia antidepresiva estándar, durante un periodo de tratamiento de dos semanas, lo que produjo mejoras significativas en la ansiedad, la disfunción autonómica y la calidad de vida.

 

Estos resultados ponen de relieve la amplia gama de usos y la eficacia de la emoxipina/mexidol en el tratamiento de diversas afecciones, desde trastornos cardiovasculares y neurológicos hasta salud mental y enfermedades crónicas, lo que indica el potencial de la emoxipina/mexidol como agente terapéutico beneficioso en diversos campos médicos.

 

Resumen

El succinato de emoxipino, comercializado como Mexidol o Mexifin, representa un avance significativo en el desarrollo farmacéutico, ya que ofrece una amplia gama de efectos terapéuticos. Desarrollado por Pharmasoft Pharmaceuticals, sus propiedades farmacológicas, entre ellas las antihipóxicas, antioxidantes, neuroprotectoras y cardioprotectoras, lo hacen de creciente interés para las comunidades sanitarias mundiales. A pesar de su popularidad inicial en Rusia, carece de aprobación oficial en EE.UU. y Europa. Destaca especialmente su acción en el tratamiento de la ansiedad y la depresión, con estudios que demuestran su eficacia para mejorar la calidad de vida de pacientes con diversas afecciones, como trastorno de pánico, artritis reumatoide y deterioro cognitivo. Además, su potencial para tratar la depresión y la ansiedad en las afecciones diabéticas, combinado con su capacidad para regular los niveles de azúcar en sangre, pone de relieve un enfoque terapéutico dual que podría revolucionar las estrategias de tratamiento de los pacientes diabéticos con trastornos del estado de ánimo. Además de la salud mental, la emoxipina y el mexidol se han mostrado prometedores en el tratamiento de los síntomas de abstinencia alcohólica, ofreciendo alivio de los síntomas específicos de ansiedad y depresión asociados a la abstinencia. Además, su uso para ayudar a dejar de fumar y reducir la ingesta de nicotina en pacientes con tuberculosis y EPOC ejemplifica su diversidad y eficacia en el tratamiento de los problemas de adicción, mejorando los resultados clínicos y la función pulmonar. A medida que la investigación continúa desarrollándose, se sigue explorando el potencial de una adopción y uso más amplios del Mexidol en las prácticas médicas internacionales, lo que pone de relieve la importancia de realizar más ensayos clínicos y revisiones reglamentarias para recomendar plenamente sus beneficios para la mejora de la salud mundial.

Descargo de responsabilidad

Este artículo se ha escrito para educar y concienciar sobre la sustancia de la que se habla. Es importante señalar que se trata de una sustancia y no de un producto específico. La información contenida en el texto se basa en los estudios científicos disponibles y no pretende ser un consejo médico ni promover la automedicación. El lector debe consultar a un profesional sanitario cualificado para cualquier decisión relacionada con la salud y el tratamiento.

Referencias

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